Me froté las manos y apoyé una en tu frente.
Estabas semiconsciente y te dormiste.
Con mi nula vocación de carcelero
até tus manos a los costados de la cama
con nudos intrascendentes.
Me fui con la vieja a tomar el 7
pensando en tu larga vida
y recordé aquello
de creer en Buda y las divinidades
pero no contar con ellos.
Estabas semiconsciente y te dormiste.
Con mi nula vocación de carcelero
até tus manos a los costados de la cama
con nudos intrascendentes.
Me fui con la vieja a tomar el 7
pensando en tu larga vida
y recordé aquello
de creer en Buda y las divinidades
pero no contar con ellos.
(Juan Dal Maso, 1977)
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