tengo tu número de teléfono
escrito en un papel suelto
por las dudas
por si te pierdo
por si me pierdo
por si el mundo se termina
mañana
tengo ansiolíticos sin prescripción
que voy juntando de a poco
en una caja de lata que está a la vista
pero a nadie se le ocurriría tocar
aunque si lo hicieran no
sería de gran sorpresa
ni la primera vez
las sábanas sucias desde ya no recuerdo cuándo
con olor a sudor, saliva y lágrimas
pasan desapercibidas y estiradas
como si nada hubiera pasado
y ni hablar de lo que pueda llegar a pasar
las apariencias quizás engañen a los otros
pero no podés engañarte
a vos mismo.
pero no podés engañarte
a vos mismo.
(Ingrid Cold, 1987)
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