el destartalado ventilador Tophouse
detuvo su marcha enclenque
otro apagón en Villa Crespo
con la luz de un encendedor
ilumino a un mosquito picando
la parte superior de mi entrepierna
prendo todas las velas
que encontré a tientas
en el último cajón
aunque en rigor no tenía planeado
más que tirarme en la cama
y pensar
el sudor estival
forma meandros en mi espalda
que detengo con una servilleta
de papel tissue
la luna llena llena la calle
los autos vuelan sin los semáforos
y sobre Corrientes aguarda el tren
detuvo su marcha enclenque
otro apagón en Villa Crespo
con la luz de un encendedor
ilumino a un mosquito picando
la parte superior de mi entrepierna
prendo todas las velas
que encontré a tientas
en el último cajón
aunque en rigor no tenía planeado
más que tirarme en la cama
y pensar
el sudor estival
forma meandros en mi espalda
que detengo con una servilleta
de papel tissue
la luna llena llena la calle
los autos vuelan sin los semáforos
y sobre Corrientes aguarda el tren
un cartonero de San Miguel
los dos sacamos provecho
de estas tinieblas pasajeras:
sobre la cortina de la farmacia
él talla un “aguante el trueno verde”
mientras yo pispeo por la persiana
el contorno de mi vecina cuarentona
ninguno de los dos gozamos
de las ventajas del aire acondicionado
pero pagamos
los excesos del pelotudo
que pone splits hasta en el baño
igual, ahora nos reúne
a los villacrespenses
cierta desesperación
por volver a nuestro tiempo
al fin y al cabo
todos esperamos con fruición
por la cuadrilla de Edesur
mientras tanto me pregunto
si cuatro velas encendidas
no serán demasiadas
para este breve monoambiente
(Diego Suárez, 1981).
los dos sacamos provecho
de estas tinieblas pasajeras:
sobre la cortina de la farmacia
él talla un “aguante el trueno verde”
mientras yo pispeo por la persiana
el contorno de mi vecina cuarentona
ninguno de los dos gozamos
de las ventajas del aire acondicionado
pero pagamos
los excesos del pelotudo
que pone splits hasta en el baño
igual, ahora nos reúne
a los villacrespenses
cierta desesperación
por volver a nuestro tiempo
al fin y al cabo
todos esperamos con fruición
por la cuadrilla de Edesur
mientras tanto me pregunto
si cuatro velas encendidas
no serán demasiadas
para este breve monoambiente
(Diego Suárez, 1981).
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