jueves, 17 de marzo de 2022

Adrián Yanzón * No conozco mi nombre

No conozco mi nombre, la música del apellido,
ni el escudo de armas. Apenas respiré 
el aire de este mundo, fue un sonido similar al
llanto, una exclamación de despedida, 
porque la matrona, a pocas horas, me colocó
en brazos de los que serían mis padres putativos
hasta hoy, mediando muerte,
ellos, los otros, fueron reales, biológicos, treinta seis años más tarde,
en labios de una vieja temerosa, como confesión culpable. Pero
no la acusé, comprendí, limpié el cristal donde me reflejaba,
se inició mi verdadera rebelión contra
el universo y sus fundamentos grasientos.
 
 
 
(Adrián Yanzón, 1964)

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