De tu corazón
al mío tendimos
la cuerda.
Tanto nos habíamos elevado
que el mundo todo
pasaba por debajo.
Fuimos los acróbatas más entusiastas
y arriesgados
de los que se tenga memoria.
Pero del uno al otro vértice
dejamos de balancearnos
y tensamos demasiado
lo que nos unía.
Cuando esa fuerza hizo
que la cuerda cediera
no habíamos aprendido,
todavía,
a caer dignamente.
al mío tendimos
la cuerda.
Tanto nos habíamos elevado
que el mundo todo
pasaba por debajo.
Fuimos los acróbatas más entusiastas
y arriesgados
de los que se tenga memoria.
Pero del uno al otro vértice
dejamos de balancearnos
y tensamos demasiado
lo que nos unía.
Cuando esa fuerza hizo
que la cuerda cediera
no habíamos aprendido,
todavía,
a caer dignamente.
(Patricio Torne, 1956)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario