Teóricamente libre, en el presente,
mi cabeza giró, de condenado,
congelando el perfil ante sus ojos.
Ella miró profundamente azul
para fijar la imagen, despojarla
de sombrías y próximas mudanzas.
¿Qué consistencia merece, en tu memoria,
la lluviosa arquitectura
de mi rastro? Esto
desaparecerá porque acumulas
días y espacios que vienen a negarme.
Y habrá abundante mundo,
habrá espacio, sol e historia suficiente
para precipitar al fondo,
despedir de tus ojos ocupados
esta existencia en bruto, su difícil
respiración al borde de la mesa.
mi cabeza giró, de condenado,
congelando el perfil ante sus ojos.
Ella miró profundamente azul
para fijar la imagen, despojarla
de sombrías y próximas mudanzas.
¿Qué consistencia merece, en tu memoria,
la lluviosa arquitectura
de mi rastro? Esto
desaparecerá porque acumulas
días y espacios que vienen a negarme.
Y habrá abundante mundo,
habrá espacio, sol e historia suficiente
para precipitar al fondo,
despedir de tus ojos ocupados
esta existencia en bruto, su difícil
respiración al borde de la mesa.
(Joaquín Giannuzzi, 1924-2004)
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