¿Qué sucedió con las cosas
que no pudimos traer? ¿Quién las tiene?
pasaron de mano en mano
estropeándose,
la boina de cuero de papá
los cactus de mamá,
la máquina de coser,
mi ropa de ballet,
la cafetera y los granos esparcidos
sobre las gotas de un tiempo que se detuvo
mientras mi madre molía el café.
Los vinilos de Stravinsky
y los casetes de Víktor Tsoi,
el osito de los Juegos Olímpicos de 1980,
el departamento de dos ambientes
y el balcón donde volaba nuestro loro.
Todo eso
pegado a mi cuerpo
como una prenda húmeda.
(Natalia Litvinova, 1986)
jueves, 27 de abril de 2023
martes, 25 de abril de 2023
Pablo Baca * Era una noche muy oscura...
Era una noche muy oscura.
Andaba por el jardín con mi perro.
Otras noches, la luna
o las luces de la ciudad
que hacen brillar las nubes,
permiten ver el camino,
las ramas que lo cruzan
y los troncos en el piso.
Pero esta vez
la oscuridad nos encerró
y se perdieron los caminos.
Me dejé llevar
a tientas por el perro
que ahora tiraba de la cuerda
como queriendo,
también él, escapar de ahí.
No es la luz nuestro destino:
no nos espera la luz.
Nos espera un jardín a oscuras.
A veces con la suerte de tener
un perro.
(Pablo Baca, 1958)
Beatriz Vignoli * Lo gris en el canto de las hojas
¿Qué es un muerto?
Es un montón de ropa vacía.
Vacía pero con el olor de un cuerpo
que ya no dice nada. No es la sangre
de los muertos el problema. El problema es la grasa,
la grasa de los muertos que queda en las cosas que tocaron:
las asas de madera, lo gris en el canto de las hojas
del libro de cabecera o la guía de transporte urbano.
Todo eso huele y duele: el rastro del sudor y de las manos
de quien ya no se queda pensando bajo el agua, el silencio
de quien ya no tiene planes. Antes de matar, tengan piedad
de quien sea que vaya a abrir ese ropero
la mañana después;
piedad por quien halle la estela funeraria
de inservibles corbatas,
algunas con bordes grasientos y raídos
allí donde antes rozaban la nuca como una caricia.
Es un montón de ropa vacía.
Vacía pero con el olor de un cuerpo
que ya no dice nada. No es la sangre
de los muertos el problema. El problema es la grasa,
la grasa de los muertos que queda en las cosas que tocaron:
las asas de madera, lo gris en el canto de las hojas
del libro de cabecera o la guía de transporte urbano.
Todo eso huele y duele: el rastro del sudor y de las manos
de quien ya no se queda pensando bajo el agua, el silencio
de quien ya no tiene planes. Antes de matar, tengan piedad
de quien sea que vaya a abrir ese ropero
la mañana después;
piedad por quien halle la estela funeraria
de inservibles corbatas,
algunas con bordes grasientos y raídos
allí donde antes rozaban la nuca como una caricia.
(Beatriz Vignoli, 1965)
lunes, 24 de abril de 2023
Rosario Bléfari * La misma miel
Hubo un tiempo donde todo fue confuso y delicioso
lo tuyo era mío
y lo mío también
Vivíamos tan cerca que las puertas se abrían solas
después nos parecimos tanto
que no quisimos vernos más
ahora que el tiempo ya pasó
y qué tan lejos nos llevó
quisiera ir adonde vas
estas adonde estás
ver lo que hacés, lo que ves
quisiera sentarme con vos
en la vereda de ese barrio que hiciste tuyo
probamos la misma miel
¡y cómo nos gustó!
la mayor parte se quedó con vos
para curar tu desazón
probamos la misma miel
¡y cómo nos gustó!
la mayor parte se fue con vos.
lo tuyo era mío
y lo mío también
Vivíamos tan cerca que las puertas se abrían solas
después nos parecimos tanto
que no quisimos vernos más
ahora que el tiempo ya pasó
y qué tan lejos nos llevó
quisiera ir adonde vas
estas adonde estás
ver lo que hacés, lo que ves
quisiera sentarme con vos
en la vereda de ese barrio que hiciste tuyo
probamos la misma miel
¡y cómo nos gustó!
la mayor parte se quedó con vos
para curar tu desazón
probamos la misma miel
¡y cómo nos gustó!
la mayor parte se fue con vos.
(Rosario Bléfari, 1964-2020)
domingo, 23 de abril de 2023
José Sbarra * No te fuiste...
No te fuiste
sucedió algo más grave
te integraste a mi colección de abandonos inapelables,
no me dejaste
pusiste en evidencia mi cósmica orfandad.
No me traicionaste,
gravaste mi ingenuidad en el museo del escalofrío.
(José Sbarra, 1950-1996)
viernes, 21 de abril de 2023
Gustavo Yuste * Feliz cumpleaños
Está bien que nos riamos de tu mamá
y de la estampita de San Cayetano
pegada en la ventana de la cocina,
pero tengo que confesar
que vos fuiste uno de mis tres deseos
mientras me cantaban el feliz cumpleaños.
pegada en la ventana de la cocina,
pero tengo que confesar
que vos fuiste uno de mis tres deseos
mientras me cantaban el feliz cumpleaños.
(Gustavo Yuste, 1992)
Alejandro G. Roemmers * Frente al mar
Yo frente al mar,
tú frente a mí.
Tus ojos me miraban
con el ritmo incesante de las olas,
con la frescura dócil de los vientos.
Los míos se tornaban azules
de mar y de cielo
buscando horizontes.
Yo frente al mar
abarcaba su espacio infinito.
Tú frente a mí
contemplabas al hombre...
Me pregunto quién veía más lejos.
(Alejandro G. Roemmers, 1958)
miércoles, 19 de abril de 2023
Susana Thénon * Si te odiara
Si te odiara,
el mundo no se inmutaría:
nunca el mundo se ensaña
con los que odian.
En cambio te amo
y todo es catástrofe alrededor:
las voces, las manos, los rostros,
todos quieren apedrearnos.
(Susana Thénon, 1935-1991)
Silvina Giaganti * Los enfermos de la familia piden por mí
no sé muy bien quién soy
la sexualidad es fluida
pero no me refiero sólo a eso.
hace ocho años que no cojo con un hombre.
lo cierto es que lo amé
y un año después de separarme
volví para cuidarlo un tiempo más
a él y a su esclerosis múltiple
recién declarada.
soy buena para eso, no me derrumbo y
los enfermos de la familia piden por mí
aunque él no lo hizo.
el sábado su ex, la madre de su hijo
me escribió “Silvina, pasó Correo Argentino
trajo el aviso de tu pasaporte
a Eduardo se le cayeron dos dientes de adelante
me impresiona mucho, está muy cansado
dejó de inyectarse interferón hace años
dice que se curó”
yo le aplicaba Rebif en la panza
cada noche en un lugar distinto
la piel le quedaba como un blanco de tiro
luego del trayecto de mil flechas.
las contraindicaciones, mejor no leerlas
desde un deterioro del hígado
hasta intentos de suicidio.
yo iba a buscar las dosis
me las daban en un maletín
lleno de gel refrigerante
las jeringas parecían lapiceras Lamy
pero no éramos modernos.
me odió cuando lo dejé.
hace un año lo crucé en Constitución
hicimos las paces en la esquina
de la casa donde vivimos juntos.
el primer brote lo tuvo
en el ojo derecho
se quedó ciego en un 70 por ciento.
con dosis grandes de corticoides
recuperó un 50.
el es pintor y necesita el ojo.
el segundo brote le dejó
siete meses después la pierna frágil
como un hilo para coser un botón.
ese brote confirmó la enfermedad.
a las cuatro de la mañana vinieron
dos médicas residentes y dijeron: tiene EM.
el dormía.
lo cuidé y lo quise
lo quise y lo cuidé
se le cayeron dos dientes y quisiera también
alterar el mundo para que los tenga.
el sábado me engripé y la chica
a la que veía fue a una fiesta
se cogió a una conocida.
esa noche vi una película y me acordé
cuando él me sostuvo la cabeza
mientras vomitaba un 24 de diciembre
a las 3 de la madrugada el exceso de la Navidad.
me acordé de cuando me cogió
arriba del bidet y arriba de un toallón
meado por la gata.
me quedé pensando en como un cuerpo puede atacar
sus células sanas por error.
la sexualidad es fluida
pero no me refiero sólo a eso.
hace ocho años que no cojo con un hombre.
lo cierto es que lo amé
y un año después de separarme
volví para cuidarlo un tiempo más
a él y a su esclerosis múltiple
recién declarada.
soy buena para eso, no me derrumbo y
los enfermos de la familia piden por mí
aunque él no lo hizo.
el sábado su ex, la madre de su hijo
me escribió “Silvina, pasó Correo Argentino
trajo el aviso de tu pasaporte
a Eduardo se le cayeron dos dientes de adelante
me impresiona mucho, está muy cansado
dejó de inyectarse interferón hace años
dice que se curó”
yo le aplicaba Rebif en la panza
cada noche en un lugar distinto
la piel le quedaba como un blanco de tiro
luego del trayecto de mil flechas.
las contraindicaciones, mejor no leerlas
desde un deterioro del hígado
hasta intentos de suicidio.
yo iba a buscar las dosis
me las daban en un maletín
lleno de gel refrigerante
las jeringas parecían lapiceras Lamy
pero no éramos modernos.
me odió cuando lo dejé.
hace un año lo crucé en Constitución
hicimos las paces en la esquina
de la casa donde vivimos juntos.
el primer brote lo tuvo
en el ojo derecho
se quedó ciego en un 70 por ciento.
con dosis grandes de corticoides
recuperó un 50.
el es pintor y necesita el ojo.
el segundo brote le dejó
siete meses después la pierna frágil
como un hilo para coser un botón.
ese brote confirmó la enfermedad.
a las cuatro de la mañana vinieron
dos médicas residentes y dijeron: tiene EM.
el dormía.
lo cuidé y lo quise
lo quise y lo cuidé
se le cayeron dos dientes y quisiera también
alterar el mundo para que los tenga.
el sábado me engripé y la chica
a la que veía fue a una fiesta
se cogió a una conocida.
esa noche vi una película y me acordé
cuando él me sostuvo la cabeza
mientras vomitaba un 24 de diciembre
a las 3 de la madrugada el exceso de la Navidad.
me acordé de cuando me cogió
arriba del bidet y arriba de un toallón
meado por la gata.
me quedé pensando en como un cuerpo puede atacar
sus células sanas por error.
(Silvina Giaganti, 1976).
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